Por el Dr. César Suárez
He escuchado desde que iba a la escuela o quizás antes, la pregunta, “¿qué fue primero, el huevo o la gallina?” como una simplificación de la polémica acerca del origen de la vida que tanto ha desvelado a la comunidad científica y a cualquiera, desde tiempos inmemoriales, cuya discusión ha estado por siempre involucrada la religión que en ocasiones pregona teorías fantasiosas sostenidas por la fe pero que no encuentra sustento científico.
Más allá de toda opinión, sin duda, la gallina, está indisolublemente ligada a nuestra vida cotidiana desde nuestro nacimiento a través del ave o a través de su producto estrella, el huevo que inevitablemente forma parte de la dieta cotidiana de cualquier hogar a través de su forma original como a través de sus derivados.
Es un poco raro que, en este mundo tan machista, aquellos animales más comunes que forman parte esencial de nuestra alimentación, su denominación más popular se refiera al sexo femenino, la gallina, la oveja, la vaca y deje afuera el género masculino, (gallo, carnero o buey o toro), quizás sea porque la rama femenina es más productiva, la gallina aporta huevos, la vaca aporta leche, y la oveja aporta lana y pare corderitos.
Pero no nos desviemos del tema, estoy hablando de la gallina. Hurgando en información histórica disponible, se dice que el origen de la gallina se sitúa en el sureste asiático, descendiendo del gallo bankiva (Gallus gallus) salvaje, con el paso del tiempo surgió la especie gallus gallus domesticus que llega hasta nuestros días.
Su domesticación de la especie, comenzó hace más de 8,000 años en lugares como China o India, inicialmente para peleas de gallos y no por su carne o huevos. Posteriormente la gallina llegó a Europa, y luego fue llevada a América por los colonizadores españoles en el siglo XV.
En la América precolombina, no había ni vacas ni gallinas ni caballos, fueron introducidas después por los europeos, aunque hay registros de que si, ya había gallinas en Chile antes de la llegada de Colón.
Como lo aprendimos en la escuela, en la Banda Oriental, el ganado fue introducido por el señor Hernandarias entre el 1611 y 1617, hace más de cuatrocientos años. ¿Y la gallina?
Las gallinas llegaron a la Banda Oriental en el siglo 16 o 17, bastante antes de la fundación de Montevideo, presumo que en esa época serían gallina salvajes al igual que el ganado.
Aunque al gallo se le reconoce una personalidad guerrera representada en su máxima expresión en el gallo de riña, a la gallina se le asigna una personalidad muy pacífica y hasta cobarde, habitualmente, huye ante el peligro, salvo cuando cuida a sus pollitos a los que protege sin ambigüedades, con su cuerpo y sus agallas.
A pesar de la importancia que tiene la gallina para nuestra alimentación en la vida cotidiana, se suele calificar como gallina a quien huye ante el peligro y no enfrenta a su enemigo y en algunas circunstancias y para descalificar y desalentar al oponente, pero muchas veces esa intención fracasa y el que es calificado de gallina, atropella y arrasa.
Se le viene llamando gallina al equipo de River Plate argentino cuando perdió con Peñarol una final de América en 1966 luego de ir ganando 2 a 0 aunque el presente de este equipo se destaca como uno de los mejores del continente.
Pero antes, en 1949, se le había comenzado a llamar gallina a Nacional de Montevideo en oportunidad de que el Bolso no se presentó a jugar un segundo tiempo cuando a causa de un penal dudoso que le había sido cobrado cuando ya perdía 2 a 0, a lo que se l llamó el clásico de la fuga.
Después Nacional ganó 3 copas América y 3 copas intercontinentales y decenas de campeonatos uruguayos.
La gallina es un animal muy noble, útil y pacífico, pero cuando se trata de defender su cría pone toda su energía en la batalla y por su fuera poco, hay más de 20.000 millones de gallinas en el mundo, cada una, con sus 2 kilos de peso, puede poner un huevo por día y entre 200 y 1200 huevos en sus 8 años de vida por lo que no hay motivo para achicarse.
¡Aguante la Gallina!