Por Carlos Arredondo
Dice el CHATGPT de Google: “El Punto 5 de la Agenda 2030 es el Objetivo de Desarrollo Sostenible 5 (ODS 5), que busca lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas. Esto implica poner fin a la discriminación y la violencia de género, eliminar prácticas nocivas, reconocer el trabajo de cuidado, asegurar la participación equitativa de las mujeres en todos los niveles de decisión, y garantizar la igualdad de derechos a los recursos económicos y a la propiedad” (en otras palabras: aquí nace la agenda de género).
A simple vista un objetivo con el que ninguna persona de buena fe podría estar en desacuerdo.
Quienes me hacen el honor de leer esta columna cada 15 días, sabrán que en más de una oportunidad me he referido a la Agenda 2030 como “Perversa”, por eso, para poner en contexto lo que intento explicar es válido recurrir a la Real Academia Española (RAE) y extraer de allí las acepciones que esta palabra tiene: Para la RAE perverso/a significa: “Sumamente malo, que causa daño intencionadamente” y “Que corrompe las costumbres o el orden y estado habitual de las cosas”.
Y si, la Agenda 2030 es eso: Perversa.
Y si bien ya vamos exhibiendo varios botones que así la muestran, en esta columna pretendo subrayar uno que es el más perverso de todos: La sexualización oficial de nuestros niños. Si, oficial.
Aquello que jamás hubiésemos imaginado que fuera a ser avalado por un Estado como el nuestro, hoy no solo es permitido por éste, sino que lo imprime en la cabeza de nuestros gurises. Hace el trabajo sucio utilizando la educación pública como la herramienta.
Es que el CODICEN pretende implementar en la educación primaria básica, dentro de su currícula, como parte de la materia “sexualidad”, aspectos tales como: Erotismo, deseo, placer, orientación de género y prácticas sexuales.
Como lo lees. Todo esto será parte de una materia incluida en los planes oficiales de estudio y formación de nuestros niños de 3, 4 y 5 años, con la educación “Laica, Gratuita, y Obligatoria” como herramienta.
Es el ODS n° 5 mostrando su verdadera cara, su real dimensión y su verdadero objetivo: mostrando su perversidad.
Los planes de estudios que se aplican en Uruguay, hace muchos años que no son planes diseñados por uruguayos pensando en que los niños reciban lo mejor y accedan a una formación que los prepare para afrontar el futuro -que “casualmente” cada vez es más incierto, convulsionado y tormentoso-, sino que son planes que se imponen desde quienes pretenden que el individuo esté cada vez mas solo y vulnerable: en crisis.
El hecho de que todo esté cada vez peor, no es producto de la evolución de la sociedad “sin rumbo” y “consumista”, que ha perdido los valores por descuido, sino de un cuidadoso diseño de ingeniería social, que conduce al hombre occidental al caos social, lo que deriva inexorablemente en el caos individual (De ahí el aumento de los suicidios, por ejemplo)
No hay errores, no es casualidad, es pura ingeniería social aplicada, diseñada por mentes enfermas y puesta en práctica por nuestros representantes institucionales.
Vos y yo lo sabemos: Con la aplicación de estos planes harán mierda la cabeza de nuestros niños, generando una sociedad futura confundida, plagada de distorsiones, con la mayoría sin una identidad sexual clara, sin familia y exentos de plenitud. Será una sociedad donde la mayoría viva en crisis.
Lo construyen cuando matan la inocencia de nuestros niños de 3, 4 y 5 años, llenándoles la cabeza con la más grande de las blasfemias: que “la identidad sexual es una construcción social y nada tiene que ver la biología”.
El gobierno actual, así como los anteriores, jamás nos preguntaron si queríamos vivir los mandatos de la Agenda 2030, simplemente nos la imponen, nos someten a esos antojos – que ni de ellos son -, demostrando a cada paso el desprecio hacia nuestros derechos, valores, humanidad, principios: Y ahora también vienen por nuestra esencia.
Estás en nuestras manos evitarlo. Si no haces nada por vos, por lo menos considera hacerlo por tus hijos y nietos.
La Agenda 2030 viene por todos.