Por Cary de los Santos Guibert.
En 1930, el Sanatorio Uruguay de Salto publicó este profundo texto del médico y humanista Juan L. Faure, quien reflexionó sobre la vocación quirúrgica como un acto de fe y sacrificio. Comparó al cirujano con los antiguos dioses que realizaban resurrecciones, capaz de decidir entre la vida y la muerte con la solemnidad de un rito.
ENTRE LA CIENCIA Y EL DOLOR
Faure describió la triple amargura del cirujano: su lucha constante contra la enfermedad, el sufrimiento y la muerte. Sin embargo, veía en la cirugía una pasión noble, fuente de emociones intensas y de consuelo moral. El médico debía seguir siendo humano, aceptando con serenidad la fatalidad del destino y la fragilidad de la existencia.
LA EMOCIÓN DEL OFICIO
El autor evocó el caso de una paciente que murió pese a sus esfuerzos. Aquella sonrisa final, dulce y confiada, lo conmovió profundamente. En ella encontró el sentido más puro de su labor: servir con entrega, incluso ante la derrota.
LA HERENCIA ESPIRITUAL
El alma del cirujano exaltó la cirugía como arte y religión del cuerpo y del espíritu, una obra de amor, valor y piedad hacia quienes sufren. Faure proclamó que la vida del cirujano, entre lágrimas y triunfos, es una de las más nobles y humanas de la tierra.
NOTA
El libro fue impreso en los Talleres Gráficos de «La Semana», célebre por editar el semanario ilustrado salteño dirigido por Mozart Amengual. El Sanatorio Uruguay, situado en Brasil 663, continúa siendo un referente en el cuidado y salud de los salteños.