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La inteligencia artificial acelera la demanda de nuevos perfiles laborales en Uruguay

Por el Dr. César Signorelli
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El mercado de trabajo uruguayo está viviendo una transformación silenciosa, pero a su vez profunda. Cada vez más consultoras se dedican a medir cuáles son las habilidades que requieren los empleadores y, en los últimos años, un fenómeno se repite: la inteligencia artificial (IA) y la ciencia de datos encabezan los listados.
Un reciente monitor laboral, elaborado para el primer semestre de este año, reveló que la demanda de profesionales con conocimientos en ciencia de datos e inteligencia artificial creció un 154% en Uruguay entre 2020 y 2025. La categoría aparece clasificada como “habilidad emergente”, lo que significa que su desarrollo no es coyuntural, sino que responde a una tendencia de fondo.
Sin embargo, si se toma como referencia el lanzamiento de ChatGPT, a fines de 2022, el salto resulta todavía más impactante: en ese período la demanda de estas competencias aumentó un 486%. Dicho de otro modo, el auge de la inteligencia artificial generativa no solo modificó la conversación pública y los hábitos de trabajo, también reconfiguró la forma en que las empresas uruguayas piensan sus recursos humanos.
La necesidad no se limita a programadores. Un grupo local de empresas tecnológicas, que reúne marcas especializadas en soluciones digitales, integración tecnológica e innovación, detectó que los perfiles más buscados incluyen diseñadores de experiencias con IA, capaces de imaginar interfaces más intuitivas y accesibles, así como desarrolladores que combinen destreza técnica con la creatividad suficiente para “pensar fuera de la caja”.
El fenómeno plantea desafíos inmediatos para el sistema educativo y la capacitación profesional. Uruguay enfrenta el reto de preparar talento que pueda responder a una demanda que no deja de crecer. Y, al mismo tiempo, de fomentar la formación continua en trabajadores que ya están en el mercado, para evitar que la brecha tecnológica se convierta también en una brecha social.
Los datos arrojan una clara realidad: la inteligencia artificial dejó de ser un asunto de futuro para instalarse como una necesidad urgente del presente laboral. La pregunta ya no es si las empresas uruguayas incorporarán la IA, sino con qué velocidad podrán hacerlo y si el país está en condiciones de acompañar ese proceso con los perfiles adecuados.