Por Carlos Arredondo
“Mujer, mujer, mujer Libérate…O nos dan los mismos privilegios que a esos entes disfrazados de seres humanos (vulgo: Varones), o huelga. Yo quiero verte a vos, machista chupasangre, explotador…¿Que van a hacer sin maestras, sin enfermeras, sin profesionales mujeres?
…Y ahora te hablo a vos mujer, a vos que todavía no rompiste con tu esclavitud. A vos que volvés del trabajo corriendo, a tu casa…Chiquita: ¿Para qué…?”
Este era el mensaje del personaje que encarnaba la inigualable Mirtha Busnelli en uno de los sketches recurrentes, de la serie televisiva, humorística, argentina “Matrimonio y algo más”, creada por Hugo Moser. Corrían los finales de los ´80.
En el sketch Mirta Busnelli interpretaba a una conductora televisiva que, en tono paródico y satírico, alentaba a las mujeres a “rebelarse” frente a los hombres y las convenciones matrimoniales de la época, y semana a semana llegaba a nuestros aparatosos televisores -en blanco y negro, claro- a través de la única señal televisiva a la que teníamos acceso, con un grito de guerra que hasta ahora resuena en la cabeza de muchos: “Mujer, mujer, mujer, Libérate (Al tiempo que con el puño se golpeaba el pecho)”.
Mientras se apagaban los ruidos de las dictaduras, y la vida comenzaba a acelerarse, Brusnelli nos hacía creer que su personaje era una simple parodia. Y nosotros lo creíamos pues, la apacibilidad de aquella vida no nos permitía ver que solo se estaba abriendo una ventana de Overton.
Es que el contexto donde se lanzaba el mensaje era una serie de humor donde se retrataba todo tipo de aventuras y desventuras que le tocaba vivir a la familia argentina tipo ya sea de clase media alta como baja, en tono de humor y que, por cercanía cultural, hizo carne de este lado del charco.
Por aquellos años, los incautos televidentes entendíamos aquello como un mero entretenimiento y pensábamos que las estructuras que estaban detrás de la serie solo pretendían atender nuestro ocio, sin imaginarnos que aquel entrañable personaje estaba sentando las bases para lo que varios años después conoceríamos como “Agenda de género”.
El ejemplo que acabo de mostrarte (y se puede ver en YouTube) es solo una pequeña pieza de un rompecabezas que comenzó a armarse hace muchos años.
Es que quienes diseñan las estructuras de ingeniería social comprenden perfectamente que el factor tiempo es fundamental, y es por eso que todos sus planes necesitan de muchos años para concretarse.
A finales de los ´80 la dictadura ya quedaba atrás y nuestras cabezas estaban lista para “pensar” en otras cuestiones.
Bueno, con esto me despid… ¡Ups! Perdón, se me pasó decirte que la ventana de Overton (o Overton Window) es un concepto de la ciencia política y la sociología que describe el rango de ideas y políticas que una sociedad considera aceptables o “pensables” en un momento dado.
El concepto fue formulado por Joseph P. Overton, del Centro de ingeniería social (o thinktank) estadounidense Mackinac Center forPublicPolicy, en la década de 1980. Overton observó que no todas las ideas políticas tenían las mismas probabilidades de ser aceptadas públicamente, motivo que lo llevó a diseñar un esquema que permita cambiar la percepción de la opinión pública de algo que considera inaceptable, a aceptable.
Consciente que una idea no salta de “impensable” a “política pública” de golpe, el esquema diseñado genera los cambios de percepción se desarrollen en etapas: primero se habla del tema (a través de un sketch televisivo en los ´80, por ejemplo), luego se lo discute (años 90), después se la acepta (años 2000) y finalmente se institucionaliza (años 2010) hasta llegar a convertirse en ley. ¿Te suena?
Y vos y yo pensando que los temas que discutimos son ideas nuestras.
El mundo donde vos y yo vivimos está plagado de Ventanas de Overton´s…Los políticos lo saben, nosotros no.
Ahora sí: chau.