Pasar al contenido principal

Siempre en contra del contribuyente

Por Gustavo Varela
Días atrás se desarrolló un llamado a sala al Intendente de Salto por la bancada, motivada por la defensa de los derechos de los funcionarios de la comuna. Adeoms, lógicamente defiende los intereses de sus asociados.
El Ejecutivo comunal, como cualquier otro, nos comunica que las acciones tomadas,  están dirigidas a proteger los intereses económicos y financieros de la comuna, y además firma una resolución donde encomienda a la Dirección de Hacienda que vaya pensando en un nuevo préstamo para llevar a cabo sus planes.
El día miércoles, representante de las academias de conducir de Salto, alertan sobre la inseguridad en el tráfico salteño, pidiendo que se decrete clases obligatorias para quienes saquen libretas de conducir.
El gobierno central anuncia la creación de nuevos impuestos, defendiendo dicen, los intereses nacionales. Legisladores del Frente Amplio y Cabildo abierto, nos anuncian que van a modificar la ley de tránsito para que Sicólogos nos analicen y opinen como estamos de la cabeza, para declararnos aptos o ineptos en las habilidades de conducción. Eso sí, la contratación de los profesionales va a ser cargada obviamente en el costo  de la libreta.
Todos, tienen un común denominador, “en defensa de…” solicitan castigar a un sector de la sociedad llamada contribuyente, con esas palabras, que las odiamos cada vez que las sentimos.
”Impuestos, Tasas, Precios” que proponen colocar sobre las espaldas de los contribuyentes, con tanta ligereza y sin pensar.
La defensa de los  “derechos” es un gran pasamos que realizan los diferentes jerarcas de los intereses  “lesionados”, que llega al último eslabón de la cadena, “los contribuyentes”, que no tienen a nadie que los defienda, porque esos jerarcas, no entienden que “atrás de un derecho existe un deber”.
La solución que permanentemente plantean los diferentes involucrados, es aumentar la presión sobre los bolsillos de quienes poco tienen que ver con el tema. 
Sin embargo, en sus economías domésticas no solucionan sus problemas de esa manera, el despilfarro,  solamente se practica, con las arcas públicas.
No existe una sola medida que signifique un alivio en la población.
No existe siquiera un pienso en achicar por lo menos el tiempo de espera en cualquier oficina pública, liberando de esos tiempos muertos que nos llevan los diferentes trámites, que se traducen también en dinero.
Cada vez,  más tiempo y dinero es lo que se le exigen a los contribuyentes, llámense economías domésticas o empresas. Nunca una a favor, siempre todas en contra.
Sería capaz muy bueno, que en los ambientes públicos, tengan alguna oficina que se dediquen a pensar en la gente.
Eso sí, que ese costo, salga de algún ahorro y no de un incremento del gasto.