Por Adrián Canosa
Aquiles Mainardi, coordinador del CECOED de Salto, evaluó el trabajo del organismo en los últimos meses y reveló la cruda realidad de miles de salteños que viven en condiciones de extrema precariedad habitacional. El funcionario se refirió tanto a la situación operativa del centro como a los principales desafíos que enfrenta la población más vulnerable del departamento.
Monitoreo constante
Respecto a la situación reciente con las crecientes del río Uruguay, Mainardi explicó: «Hemos tenido muchas advertencias meteorológicas que en la realidad después por suerte no se han concretado, de tormenta, sobre todo que han sido los anuncios». El coordinador detalló el trabajo de monitoreo: «Después de lo que zafamos de lo que fue la inundación, siempre hemos monitoreando la creciente del río, si bien teníamos previsiones de Salto Grande de que no iba a llegar a la zona a la cuota inundable donde haya que empezar a desplazar personas, siempre estamos en el monitoreo constante de esa situación». Sobre el estado actual, confirmó: «Si bien no llegamos a desplazar personas, la ciudadanía se empieza a poner nerviosa y nosotros estamos monitoreando continuamente con Salto Grande lo que fue el ascenso del nivel, pero bueno, ya por suerte empezó a descender y no tenemos pronósticos de que el río vaya a crecer en por lo menos los próximos meses».
PRECARIEDAD HABITACIONAL
Mainardi fue contundente al describir la situación habitacional en Salto: «Suena a veces medio crudo decirlo, pero tenemos un alto porcentaje de la población viviendo bajo nylon y madera y en piso de tierra». Esta realidad genera demandas constantes al CECOED: «Cada lluvia que tenemos, tenemos ingresos de agua en los hogares, ya sea por el techo. Entonces tenemos una fuerte demanda de lo que es nylon para techo, el nylon blanco y negro que la población creo que más conoce, sobre todo para cubrir la entrada de agua por techo». Durante el invierno, las necesidades se intensifican: «La solicitud era también para impedir por los laterales, por las paredes que la mayoría de ellas es de cantonera de tabla con una separación que el viento filtra con facilidad, también ahí hemos tenido mucha solicitud de nylon para evitar de alguna manera el ingreso de frío, de viento y de agua también».
SIN ESTADÍSTICAS OFICIALES
Consultado sobre cifras específicas, Mainardi reconoció una falencia institucional: «No hay un trabajo real que hoy nos dé un número exacto de cuántas son las familias o cuántos son los salteños que viven en esas condiciones». El coordinador fue crítico al respecto: «Lo digo bastante crudo así para que tomemos conciencia las instituciones que de una u otra manera podemos empezar de a poco a revertir esa situación porque es la realidad. Hablamos mucho de lo que son los asentamientos, pero no hay un número o no hay un trabajo de fondo que nos permita saber en realidad cuántos salteños viven en esa precariedad de vivienda». Desde la experiencia territorial del CECOED, agregó: «Cuando nos toca hacer territorio que es casi todos los días, nos encontramos con que muchos salteños viven en esas condiciones y vuelvo a decirte, a nosotros nos toca la responsabilidad de tratar de sostener al salteño que está sumergido, en el fondo de la tabla, como quien dice».