Por Pablo Perna
La existencia de Dios es cultural y geográfica, hay más de miles de “dioses” que han sido creados desde el comienzo de la humanidad por el hombre para poder explicar lo desconocido y controlar a la sociedad. Por eso el orígenes de las leyes fueron divinas (elaboradas por un Dios), por lo que fueron mutando conforme a las necesidades humanas y del más fuerte. Ningún Dios aparece si no se lo enseña, por ese motivo si un niño nace hoy en América Latina predominantemente creerá en Cristo, si nació en la India creerá en Shiva, si nació en Japón creerá en Buda, si nació en Pakistán creerá en Alá y lo peor de todo es que cada niño hecho hombre pensara que su Dios es el único verdadero, sin ser capaz de comprender que cree en lo que le inculcaron desde su niñez sin cuestionar la veracidad. A ningún vikingo se le apareció Jesucristo, a ningún griego o romano clásico se le apareció Buda, a ningún Faraón se le apareció Alá y así miles de ejemplos.
Esto es lo que piensan los ateos, si bien soy agnóstica lo que dicen tiene su lógica, por lo que traigo a colación este tema en virtud que con la ley de eutanasia aprobada ayer en el Senado por amplia mayoría (20 votos afirmativos en 11), que convierte a Uruguay en el primer país de América Latina que la regula por ley, he observado que las personas instruidas que se opusieron a la eutanasia tienen un fuerte arraigo cristiano, pretendiendo imponer cocientes o no, sus creencias religiosas a otros que no la comparten.
He escuchado atentamente al ex ministro de Salud Pública Salinas, que considero que es un hombre de bien, pero con fuerte arraigo espiritual, no en vano es el decano de la Facultad de Salud de la Universidad Católica o políticos y profesionales que asisten a iglesia dominical. Los católicos por mandato divino es Dios es el único que da vida a sus hijos, por lo que no pueden tolerar que los hombres libremente puedan disponer de decidir cómo vivir y morir. Esos son lo que luego tratan de darle una explicación racional al tema, ocultando el verdadero origen de su convicción.
El fundamento del ex ministro y de los opositores a la ley, el más fuerte que he escuchado es que viola el Art. 7 de la Constitución que protege el derecho a la vida. Este fundamento es verdaderamente una ofensa a la razón, en virtud que ese mismo artículo es el que también protege el derecho a la libertad y propiedad en un pie de igualdad. Estos tres derechos no son inmutables, por ejemplo: el propietario de un bien si desea donar, vender o destruir su casa lo puede hacer; lo mismo sucede con la vida; las personas tiene la libertad de elegir como quieren vivir y morir, siempre y cuando no afecten los derechos de otros.
Estoy totalmente a favor de la ley de eutanasia y así como los creyentes sentencian a los ateos diciendo: “no creen en Dios hasta que el avión se va cayendo”, de la misma manera deseamos que ningún hijo del Dios cristiano ortodoxo necesite hacer uso de la novel ley cuando en algún momento se vea apremiado por la vida.