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Casa Amiga busca apoyos para continuidad de su labor y lograr ampliación del edificio ante aumento de demanda

"Empezamos a invitar a gente que sabíamos que había padecido cáncer. Y ahí se armó un grupo tan lindo", recuerda Teresita Artave al evocar los orígenes del grupo oncológico "Vivir Mejor", fundado el 13 de febrero de 2003 junto a otra sobreviviente de cáncer. Lo que comenzó como una iniciativa de apoyo mutuo se transformó en 2012 en Casa Amiga, tras una experiencia que marcó un antes y un después.
FUNCIONAMIENTO 
Y ALCANCE REGIONAL
Actualmente dirigida por Wilson Beltramelli Remedi, esposo de Teresita, Casa Amiga "alberga 12 pacientes con 12 acompañantes, porque cada habitación tiene dos camas, una para el acompañante y otro para el paciente". El requisito fundamental es que sean "pacientes válidos por ellos mismos, porque nosotros no tenemos enfermería". La institución atiende principalmente la zona norte del país: "La gran mayoría es de Artigas, Bella Unión, Gomensoro, bueno, todo es de la zona norte. Y después tenemos de Paysandú, pero vienen menos porque ellos tienen una combi". Además del alojamiento principal, la casa cuenta con "una habitación para varones que tiene dos cuchetas y otra de mujeres que tiene tres cuchetas" destinadas a acompañantes de pacientes internados en CTI o en el IMAE, ampliando su función de contención familiar.
EL IMPACTO DEL CENTRO 
DE RADIOTERAPIA
La llegada de nuevos tratamientos al Sanatorio Uruguay transformó la demanda. "Estamos llenos, está llena la casa. La gente ha tomado bastante conciencia de eso y los médicos han apoyado la llegada de estos nuevos aparatos", destaca Artave sobre el impacto del centro de radioterapia. La articulación con profesionales es integral: "Los oncólogos son los del Sanatorio Uruguay. Los de la radioterapia. Y después algunos que vienen a hacerse la quimioterapia que vienen al hospital. Es un combo que trabajan todos juntos", incluyendo psicólogos que completan el abordaje multidisciplinario.
NECESIDAD URGENTE 
DE AMPLIACIÓN
El éxito de Casa Amiga genera nuevos desafíos. "Hay momentos en que tenemos que pedirle que esperen una semana más para ver si podemos", reconoce Artave sobre la saturación de capacidad. "Por eso es lo que queremos es agrandar un poquito más la casa para tener más alojamientos". La ampliación requiere "el convenio con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, pero todavía está todo en conversaciones". Los miércoles, el equipo mantiene el contacto humano: "Vamos a tomar el té con los enfermos. Y realmente las cosas que nos dicen, lo agradecidos que están, es formidable". Una satisfacción que alimenta el compromiso de seguir creciendo para atender una demanda que no cesa en el interior del país.