Por Dr. Fulvio Gutiérrez
Antes que se conformara una coalición entre los partidos políticos Nacional, Colorado, Cabildo Abierto, Independiente y Constitucional Ambiental, como una posibilidad cierta de vencer al Frente Amplio en las elecciones nacionales del 27 de octubre de 2024, escribí una columna en la cual criticaba la no concreción de la denominada Coalición Republicana. Sabía, como lo sabían todos, que políticamente estaba todo pronto para la formalización de dicha coalición, pero faltaba la regularización de la misma desde el punto de vista jurídico, y su registro como tal en la Corte Electoral.
Cosa que en definitiva no se concretó, aunque no sé a ciencia cierta, cuál fue el motivo que impidió tal cosa. Realizada la elección nacional del 27 de octubre, y atendiendo al resultado de la misma, se procedió a la adjudicación de las bancas. El Frente Amplio obtuvo la mayoría de la Cámara de Senadores, pero ninguno de los partidos logró la mayoría de la Cámara de Representantes, así como ninguno de los candidatos a la presidencia de la República obtuvo el mínimo requerido para ganar en primera vuelta. Precisamente, por esto último se realizó la elección de segunda vuelta.
Lo que realmente importa, es saber que pasó en la elección de octubre. Y pasó lo que no debió pasar. La Coalición Republicana, no se había registrado como tal en la Corte Electoral a nivel nacional, y como consecuencia de ello, los partidos que la integraron, no podían acumular votos entre sí, sino que cada uno fue considerado como lema independiente y distinto de los demás. Es decir, repito, la Coalición Republicana existía desde el punto de vista político, pero no desde el punto de vista jurídico. No estaba registrada como lema.
Entonces, hecho el análisis detallado del resultado electoral, y luego del correspondiente estudio técnico, se determinó que, si los votos de los partidos de la coalición hubieran ido a un mismo lema, la Coalición Republicana hubiera obtenido mayoría en ambas cámaras (16 senadores y 50 diputados) y el Frente Amplio se hubiera quedado con 47 diputados y 14 senadores. Los otros dos legisladores de la cámara bajan, serían de Identidad Soberana, el partido de Salle. Una omisión imperdonable, de lo cual nadie se ha hecho cargo.
Omisión que no puede darse nunca más. Sin embargo, tamaña omisión, alertó a la dirigencia política no frentista de Salto, con vistas a las elecciones departamentales del 11 de mayo. En definitiva, con razonamiento político y lógico, con valentía y con sentido común, se decidió regularizar jurídicamente dicha coalición y registrarla en la Corte Electoral, con lo cual se facilitó el triunfo en Salto, del lema Coalición Republicana por sobre el lema Frente Amplio. El resultado fue contundente: la Coalición Republicana obtuvo 51.157 votos, y el Frete Amplio obtuvo 37.249 votos. La dirigencia política salteña, dio el ejemplo que la dirigencia política nacional no se animó. ¿Me pregunto por qué?
Nadie había dicho nada, hasta que hace unos quince días, en el diario El País, se comenzó a develar cuales fueron esas razones. De las declaraciones que allí se hicieron, surge que se centró en el temor de la dirigencia de los partidos integrantes de la Coalición República, de perder su” lema”, que se desnaturaliza cada lema de los partidos que integran la coalición, y que los ciudadanos dejaran de pertenecer a su colectividad política de origen. Yo pregunto: ¿A nadie se le ocurrió remontarse al año 1971? Porque allí estaba la solución.
Hasta ese año, la izquierda uruguaya se cansó de perder elecciones, más allá de que en algunas de ellas, obtuvo algún diputado. Entonces decidieron unirse, y el 5 de febrero de 1971, se registró ante la Corte Electoral como Frente Amplio. Pero como en aquella época, por disposición constitucional, la posibilidad de acumular entre distintos lemas requería que para hacerlo se necesitaba un lema permanente, o sea un lema con representación parlamentaria, el Partido Demócrata Cristiano prestó su lema, y la votación de la izquierda uruguaya creció notoriamente, obteniendo 304.275 votos, o sea 5 senadores y 18 diputados.
Después, con la aprobación de otras reformas constitucionales, la izquierda uruguaya pudo utilizar como lema su denominación de Frente Amplio, que es la que utiliza actualmente. Pero lo que me interesa señalar ahora, es que,pese al tiempo transcurrido, ninguno de los partidos políticos que integran el Frete Amplio, ha perdido su nombre ni su identidad como partido. Quedó descartada entonces, la razón del temor que tuvieron los integrantes de la Coalición Republicana, para que les ocurra algo diferente a lo vivido por el Frente Amplio.
Lo que sí ya estoy notando, es que el infundado temor sigue vigente, y que será un tema recurrente los próximos años. Se duda si el lema Coalición Republicana será conveniente o no, pese a que el ejemplo de Salto fue contundente. Otros hablar de que el candidato a presidente será de un partido, y el candidato a vice de otro partido. Otros pretenden revivir la diferencia entre lemas permanentes y accidentales, y otros proponen volver al doble voto simultáneo con balotaje.. En verdad, estoy decepcionado. Todavía hay quienes se preocupan por su “chacrita”, y no les importa la “estancia”, o sea el Uruguay entero. No aprendieron nada.