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Un fenómeno social que no para de crecer

Luis  “Pincha” Fernández, otro DT bien recordado por varias generaciones. Además de dirigir a varios clubes en distintas categorías, se destacó por tener su propia escuelita de baby fútbol, donde por encima de enseñar fútbol enseñaba valores  a los niños.

 Por Carlos Arredondo
El baby fútbol en Uruguay es mucho más que goles y campeonatos, funciona como una verdadera escuela de vida. Desde los primeros entrenamientos, nuestros niños/as aprenden valores esenciales como disciplina, cooperación, respeto y manejo de emociones. 
Según ONFI (Organización Nacional de Fútbol Infantil), la participación nacional en 2024/2025 alcanzó aproximadamente 60.000–73.000 niños y 10.000 niñas, un crecimiento del 39 % en varones y del 176 % en niñas desde 2020. Estos números reflejan no solo el interés por el deporte, sino también la consolidación de su rol educativo y social.
El baby Futbol es un espectáculo en sí mismo. Tiene una dinámica y un ritmo propio. Hay quienes aseguran que, junto con el carnaval, es la expresión más genuina del sentir popular uruguayo y se la considera una de las actividades más sólidas del deporte nacional. 
Cuando el mal ejemplo llega desde casa
En el baby fútbol hay de todo, alegrías, tristezas, ilusiones, frustraciones, emociones, lágrimas y sonrisas. Lo hay en los niños y también en los mayores. Cada fin de semana, pretendiendo pasar desapercibidas, las emociones de padres, abuelos, tíos, hermanos y cualquier cercano que ocasionalmente haya acompañado a la familia al espectáculo, llegan a su punto máximo con cada pelota que llega a los pies del pequeño representante familiar que está en la cancha.
Aunque el benjamín de la familia solo busca divertirse -y esa es la excusa que convoca a la familia a la pequeña cancha que “toca esta semana”-, los impulsos de los mayores pierden de vista este detalle para convertirse en lo que, durante la semana se prometen, no ser.Críticas al árbitro, reclamos al técnico, insultos a los “hinchas” contrarios e irracionales gritos a los niños que visten la camiseta contraria, son la parte triste del folklore de nuestro Baby fútbol, y llega de la mano de quienes deberían dar el ejemplo.
Y si a esto le sumamos los cientos de denuncias de intento de “compra” de árbitros que carga sobre sus hombros la actividad, Ud., señor lector, y yo, coincidiremos que lo peor del baby futbol lo ponen los mayores. 
5000 DT´s
Pero no todas son malas noticias pues, como veremos, son los mayores quienes hacen posible que la diversión de nuestros niños se pueda concretar. Para tener una idea de todo lo que moviliza esta actividad, es importante destacar que según datos oficiales son unos 5.000 directores técnicos, delegados y dirigentes quienes cada fin de semana se reparten entre unos 600 partidos en todo el país.

El Salto del Baby futbol

En Salto, la actividad es intensa y organizada. La Liga Salteña, perteneciente a la zona 3 de ONFI, agrupa 21 clubes afiliados, Almagro
 

Salto y su inserción nacional
La ciudad participa regularmente con selecciones en distintas categorías, incluyendo masculino y femenino Sub-13, y ha logrado destacadas actuaciones en los torneos nacionales. Sin embargo, aún existen vacíos en la información pública: no hay cifras exactas de niños y niñas fichados por categoría para 2025, ni un inventario actualizado de canchas habilitadas.
Más allá de los números, el baby fútbol cumple una función educativa fundamental. En las canchas, los niños aprenden a respetar reglas, a gestionar emociones, a colaborar con compañeros y a enfrentar desafíos de manera ética. Para muchas familias, el deporte es un espacio seguro donde los hijos desarrollan autoestima, hábitos de vida saludables y habilidades sociales que trascienden el juego. La presencia creciente de niñas en estas ligas refleja además un avance hacia la universalización de esta práctica, factor clave para la construcción de una sociedad más equitativa.
El vínculo entre deporte y educación no termina en la cancha. La organización de torneos implica planificación, comunicación y responsabilidad, enseñanzas que se internalizan tanto en jóvenes como en adultos. Docentes, entrenadores y familias se convierten en actores activos del aprendizaje social, promoviendo valores que difícilmente se adquieren en contextos puramente académicos. Asimismo, la participación en campeonatos nacionales fomenta la movilidad social y el sentido de pertenencia, fortaleciendo el tejido comunitario y la identidad local.
Una liga en crecimiento
En Salto, la Liga Salteña ha mostrado un crecimiento sostenido y un compromiso con la formación integral de los niños y niñas. El reconocimiento oficial a la Selección Salteña de la Generación 2013 y los logros en torneos nacionales son ejemplos de cómo el esfuerzo coordinado de clubes, familias y autoridades puede transformar la experiencia deportiva en una herramienta educativa y social. 
Sin embargo, la falta de datos públicos completos subraya la necesidad de una mayor transparencia y sistematización, que permita evaluar el impacto real del baby fútbol en la comunidad.
“El mundialito” del CRES
Durante muchos años, el baby futbol salteño tuvo una cita obligada: El Mundialito. Un torneo anual que, bajo la coordinación de Don Alfredo Honsi, permitía a las futuras estrellas mostrar su talento con solo 5 años. 
Todo ocurría en el CRES (Centro Recreativo del Este Salteño) y el pre baby, aun sin cobertura oficial, sentaba las bases para lo que luego sería una categoría de orden nacional.
Aquel torneo no fue solo un lugar de práctica donde los técnicos se daban una idea del futuro de sus categorías, sino un momento inolvidable, no solo para los padres que veían por primera vez a la “estrella de la casa” en acción, sino para quienes participaron, y hoy, ya convertidos en hombres, recuerdan su pasaje por el CRES como uno de los mejores recuerdos que el futbol les dejó.
El dinero que mueve el baby fútbol
Este informe, por un tema de espacio, debió dejar en stand by el análisis de la poderosa industria que florece en torno al baby fútbol. La próxima semana, este medio desgranará las cifras. El dinero también juega, y fuerte, en el césped infantil. ¿Cuáles son los negocios detrás del baby fútbol? El impacto económico, las cifras que circulan y los rubros más beneficiados serán el eje de nuestro próximo informe. ¡No se lo pierda!

Alfredito Honsi, su pasión por el baby llevó a crear el Centro Recreativo Este Salteño (Cres), por donde pasaron decenas de miles de chicos.