El productor arrocero Alfredo Lago, expresidente de la Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA), sostuvo que la ecuación económica del arroz "es desalentadora" y que la zafra 2025/26 "lamentablemente será a pérdida". Explicó que la situación climática y de mercado se combinan en un escenario desafiante para este sector productivo.
Desde su establecimiento en Treinta y Tres, en la tercera sección de Ramírez, comentó que la falta de lluvias ha comenzado a complicar las labores de siembra de soja y el inicio del riego en los arrozales. "Ya está seco, y cuando pasamos dos semanas sin lluvia en esta época, con alta temperatura y viento fuerte, la humedad del suelo se va muy rápido", señaló.
Ajustes por falta de agua
Lago explicó que las represas del Este del país no están completas, lo que obligó a los productores a realizar ajustes. "Las represas multiprediales del Este no tienen reserva total. Eso generó que los productores deban rebajar su superficie de siembra", detalló.
Aunque aclaró que en su zona la dependencia de las represas es menor que en el norte -gracias a la cuenca de la Laguna Merín y sus afluentes-, advirtió que "el nivel de la laguna está por debajo del histórico". Si bien no prevé grandes dificultades para el riego, reconoció que la situación es desigual entre regiones. "En el norte, la falta de agua afecta fuertemente. Estamos hablando de casi 10.000 hectáreas menos por falta de reservas en represas", precisó.
Este ajuste, señaló, responde tanto a la disponibilidad hídrica como a la realidad económica. "Más allá del agua, si uno analiza el negocio y la ecuación económica, es muy desalentadora. Sería de esperar una rebaja mayor de área, pero el productor tiene una estructura que no puede reducir demasiado, porque los costos fijos terminan siendo determinantes", explicó.
Números en rojo
Consultado sobre la rentabilidad del cultivo, Lago fue categórico: "Estamos generando un cultivo a pérdida. Lamentablemente, creo que esa va a ser la realidad de esta zafra 25/26". Recordó que en la campaña pasada el precio provisorio fue de 11,05 dólares por bolsa, un valor que "ya venía en caída" respecto a la anterior.
"Veo difícil mantener ese provisorio. Podría pasar, como en otros momentos, que el precio definitivo sea menor. El año pasado más o menos cerramos las cuentas, con dificultad, pero si miramos el mercado internacional, el precio sigue bajando", afirmó.
El dirigente explicó que el mercado mundial del arroz aún no encuentra su equilibrio, y que la tendencia bajista persiste. "Lo que estamos sembrando ahora tendrá un precio inferior a esos 11 dólares, y cualquier centavo por debajo significa una zafra a pérdida", remarcó.
Clima y sobreoferta asiática
Lago señaló que el clima en Asia, especialmente los monzones en India, tiene un papel determinante en la formación de precios internacionales. "India es el primer productor de arroz del mundo, y cuando los monzones son buenos, se genera una sobreoferta que echa abajo los precios", explicó.
Detalló que el mercado mundial del arroz es particularmente sensible a la producción asiática, ya que esa región concentra la mayor parte del cultivo y consumo. "Fuera de Asia, apenas producimos entre 10% y 20% del total mundial. Cuando hay buenas lluvias allá, los rendimientos suben y eso impacta directamente en los precios", dijo.
Según Lago, los países asiáticos regulan internamente el precio del arroz y sólo exportan un saldo reducido, pero con políticas agresivas. "Cuando salen a ofrecer, bajan el precio para captar mercado. Y aunque tengamos un producto de calidad superior, terminamos siendo influidos por esos precios bajos", advirtió.
Falta de competitividad
Otro factor clave, añadió, es la pérdida de competitividad interna. "Uruguay tiene problemas estructurales de costos. Tenemos el combustible más caro de América y uno de los mayores del mundo. La energía eléctrica también está entre las más altas", enumeró.
A esto se suman los costos logísticos y portuarios. "El costo de transporte es altísimo, derivado del precio de la energía. Tenemos puertos caros, y a veces ni siquiera funcionan como deberían", ironizó.
El productor señaló que el único mecanismo de defensa del sector ha sido la alta productividad, que ubica a Uruguay entre los países más eficientes del mundo. "La salida ha sido producir más. Pero eso tiene un límite. Si con diez toneladas por hectárea generamos un negocio en pérdida, claramente estamos mal", expresó con preocupación.
Un cultivo que sostiene al país
A pesar de las dificultades, Lago destacó la importancia del arroz para la economía nacional. "El negocio del arroz, en muchas oportunidades, es malo para el productor, pero muy bueno para el país", afirmó. Explicó que, aun cuando el productor pierde dinero o se endeuda, el rubro genera entre 400 y 500 millones de dólares anuales en divisas y un importante movimiento de mano de obra y servicios.
"Son externalidades positivas muy buenas para el país. Pero el alma de ese negocio es el productor, y muchos no están considerando la dificultad que van a enfrentar el próximo año", advirtió.
El arrocero reflexionó además sobre la actitud del sector ante las crisis. "El arrocero es optimista. Siempre tenemos esperanza de que el precio va a mejorar. Por eso seguimos sembrando, aun sabiendo que la ecuación no cierra", dijo.