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Agenda 2030: acelerador a fondo

Por Carlos Arredondo
La verdad que no sé por dónde empezar, ni qué tema abordar. Es que pareciera que los ejecutores de la agenda 2030 en Uruguay, han recibido la orden de apretar el acelerador y me ponen las cosas difíciles.
Desde la pasada columna de opinión, fueron tantas las cosas que sucedieron en torno a su aplicación que me ata las manos, pues no podré abordar todo lo sucedido como realmente quisiera.
Es que agosto pareciera que fue el Mes de la Agenda, y digo pareciera porque no podemos esperar que setiembre haya algún cambio: Seguramente será igual, o peor. El acelerador está a fondo y vienen por todo.
Es probable que algo se me escape, pero intentaré enumerar los hechos, para que tengas una idea de las dimensiones de lo que está ocurriendo en nuestras narices y nosotros ni cuenta nos damos: 
AGOSTO
-Media sanción a la ley de eutanasia. 
-Tortas fritas, tamboriles y mates en los símbolos patrios.  
-El ministerio de Salud intensifica su campaña de vacunación en niños y embarazadas
-Actos Patrios “Violencia Institucional. 
-Datos biométricos en liceo de Piriápolis, Maldonado,
-Anuncio de la instalación de “360 cámaras de seguridad” en Salto.
-Las ATD aprueban enseñar “ideología de género” a niños de 3, 4 y 5 años.
-Libreta de conducir con puntaje, en todo el país
SETIEMBRE
-Senado de la República aprueba la Creación del Instituto Internacional de vacunas
-Formalización del periodista Esteban Queimada.
-Tras un hecho lamentable; Se plantean planes para endurecer la agenda de género.
-Se lanza colecta para Gonzalo Moratorio.
Reitero: Como siempre pasa, en estos casos, es probable que algo se me esté escapando, pero para dar una idea de cuál es la situación, creo que la lista es bastante elocuente. 
El asunto es que el presidente Yamandú Orsi, al otro día de asumir, respondió a un periodista que le preguntó qué iba a hacer con la agenda 2030: “¿Alguien puede estar en desacuerdo con los ODS?”, mostrando así lo que hoy está delante de todos nosotros -y aprovecho para advertirte que aún no hemos visto nada-.
La Agenda 2030 no es otra cosa que imposiciones extorsivas que debemos aceptar todos, sin que se nos consulte, solo por el hecho que, a algunos magnates, dueños del dinero de mundo, así lo quieren. Y lo peor: La mayoría de ellas dañan nuestra integridad como personas y como sociedad: Y me refiero a todo el mundo occidental. 
Es claro que estamos viviendo un tiempo bisagra, que nos saca de lo que éramos, para llevarnos directamente a donde estos señores quieren: El despeñadero.
Este apriete del acelerador agendista, debería ponernos los pelos de punta, no solo por nosotros, sino por nuestros hijos y nietos, quienes en realidad serán los verdaderos perjudicados. 
Es hora de ir poniéndonos de pie y enfrentar el asedio. La Agenda 2030 tiene a nuestro gobierno como su principal impulsor y detenerla se hace urgente. 
Está en nuestras manos.