Pasar al contenido principal

Ellos también cumplen 40

Por Alexandra Ledesma
Socióloga y Educadora Sexual
En la columna anterior hice referencia a la “crisis” de los 40 para nuestro público femenino, pero no, no somos las únicas, los varones también atraviesan esta etapa, y suele verse y vivirse de la misma forma, como una crisis.  
Para muchos hombres este momento de su vida, continua cargada, aun se les exige, social y culturalmente un tipo de comportamiento hacia el mundo, ser fuertes, exitosos, que demuestren seguridad, etc, etc. siguen sin poder reconocer sus debilidades, miedos, dudas, ni que hablar mostrarse vulnerables. 
Estas exigencias provocan un creciente cuestionamiento en los varones, algunos muy duros consigo mismos, de lo vivido hasta el momento, y sobre qué rumbo tomar. El miedo al paso el tiempo puede estar aquí muy presente, tanto, que puede traer ansiedad, tristeza, vacío, y puede desencadenar en conductas cargadas de impulsividad. 
Pueden darse cambios bruscos en muchos sentidos, que suelen no tener explicación, cambios de trabajo, de pareja, o buscar en relaciones paralelas ese “sentido” que se cree estar perdiendo. 
Muchos hombres se enfocan en no perder el “sex appeal”, o mantener intacta la magia de la conquista, y demostrar que aun conservan esto, se vuelve algo inevitable. Estas pruebas de virilidad, empujan al mundo masculino a medir una y otra vez su hombría, como si de ello dependiera su lugar en el mundo. Se vuelve un desafío, casi obsesión para muchos, continuar con una imagen que despierte deseo, seguir siendo atractivos. 
Si hacemos referencia a la sexualidad específicamente, se ve claramente este intento desesperado de no ser arrastrados por el paso del tiempo, y no lo digo en un tono dramático, sino haciendo referencia a la exigencia cultural que tienen los hombres desde el inicio de la humanidad. Las exigencias relacionadas al rendimiento, a la potencia, que los empujan a seguir estereotipos que no hacen más que seguir condenando el género. 
Pero luego de esta mal llamada crisis, de este falso derrumbe, puede ser vista como un nuevo comienzo, una nueva oportunidad, el punta pie para hacer foco en lo que realmente importa, dejando atrás las exigencias sociales del cumplimiento del rol. 
A también pensar en la importancia del auto-cuidado, tanto físico como emocional, de poder poner en palabras eso que pasa internamente que tanto cuesta exteriorizar. 
Esta nueva mirada también permite la construcción de vínculos desde la conexión real y no superficial y exigida cubierta de miedos concentrada en la performance. Se centra la atención en el dialogo y en el conocimiento pleno tanto del otro como de sí mismos. 
Es momento, tanto para mujeres como hombres de quitarle la carga maldita que trae consigo esta etapa tan maravillosa de la vida, y empezar a verla como un tiempo de transformación, de mutación interna, de un trampolín hacia una vida con más consciencia y seguridad. 
En definitiva, todos los momentos de la vida tienen lo suyo, es solo saber vivirlos, no desaprovecharlos, porque luego de atravesar los 40, los 50, o los 20, cada etapa con sus maravillas, no suceden dos veces, dejemos de ponerles un mote negativo, solo aprendamos a disfrutar.