El sector lanero uruguayo cerró los primeros diez meses de 2025 con resultados que combinan crecimiento en divisas y contracción en volúmenes, según el boletín de exportaciones publicado por el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL). Entre enero y octubre, las ventas externas de lana y sus subproductos alcanzaron US$ 137.737.779, lo que representa un incremento del 4,4% respecto al mismo periodo de 2024, mientras que las cantidades físicas despachadas retrocedieron 10,3%, hasta 34,52 millones de kilos en equivalente base sucia. Ese doble movimiento —más ingresos por menos kilos— define la tónica del período y apunta a una reconfiguración en la estructura de la oferta y la demanda internacional.
El comportamiento diferencial entre las categorías de lana explica en buena medida la mejora en el valor exportado. La lana sucia, que concentra casi la mitad de los despachos en valor, registró un desempeño positivo: ingresó US$ 53,9 millones, un aumento interanual del 16,5%, impulsado principalmente por la demanda desde China y por un incremento de las ventas a Egipto. Para la lana lavada el resultado también fue favorable, con ventas por US$ 21,9 millones y un crecimiento del 8,5%, mientras que el rubro tops mostró una dinámica contraria al caer 7,8% en valores, hasta quedarse en US$ 49,7 millones. Esa diversidad de comportamientos refleja la distinta sensibilidad de cada producto a los mercados finales y a las cadenas textiles internacionales.
China se mantuvo como el principal destino de las exportaciones laneras de Uruguay. En términos de valor, el gigante asiático concentró el 45% de las divisas generadas por la lana y sus derivados, con ingresos que rondaron los US$ 62,8 millones. En el caso particular de la lana sucia, el flujo hacia China fue todavía más marcado: 85% de las divisas por esa modalidad provinieron del mercado chino, que registró un aumento del 14,7% respecto al mismo lapso del año anterior. Los buenos resultados en ese frente explican gran parte de la mejora global, ya que China absorbe una proporción crítica de la producción uruguaya en estado primario y semiprocesado. Otros destinos relevantes por valor fueron Italia y Alemania, que ocuparon el segundo y tercer lugar respectivamente entre los mercados compradores de lana y subproductos.
Un rasgo destacado del período fue la evolución por diámetros. La lana fina —definida como las de menos de 21 micras— registró un crecimiento notable en volumen: pasó de 6,5 millones a 9,1 millones de kilos, un incremento del 40% que la convirtió en la principal categoría por volumen, representando el 26% del total exportado. Ese incremento de las finuras tuvo un claro efecto sobre los ingresos, ya que las lanas finas aportaron los mayores ingresos por rango de diámetro, con un aumento en valor del 40% frente a 2024, impulsado principalmente por el salto en volumen. En contraste, otras categorías como las de 28 a 29 micras vieron una reducción del 18% en sus volúmenes exportados, señal de que la estructura del flujo comercial se desplazó hacia micrajes más finos durante el periodo analizado.
La composición de las exportaciones por estado de procesamiento también mostró variaciones relevantes. Del total de volumen físico exportado, el 46,5% se canalizó como lana sucia, el 31,2% como lana peinada y el 22,4% restante como lana lavada. Las mermas en los flujos físicos se concentraron en la lana peinada y lavada, con caídas interanuales en su volumen, mientras que la recuperación en lana sucia permitió compensar, en términos de valor, parte de esa retracción volumétrica.
En el capítulo de subproductos, la grasa de lana y la lanolina exhibieron una performance positiva: las exportaciones de ese rubro sumaron US$ 8,31 millones, un aumento del 17,1%, lo que aporta una nota favorable dentro de un conjunto donde hilados, tejidos y prendas mostraron desempeños negativos. Los ingresos por hilados y tejidos disminuyeron y las exportaciones de prendas de vestir, mantas y alfombras mostraron caídas significativas frente al año anterior, reflejando una recuperación focalizada en materias primas y subproductos básicos más que en productos textiles terminados.
La dinámica por destinos pone en evidencia la diversificación geográfica del comercio lanero uruguayo, con 45 mercados receptores en los primeros diez meses del año, aunque con una marcada concentración regional. China, Italia y Alemania sumaron la mayoría del valor exportado, y movimientos dispares por país muestran cambios en las cadenas de abastecimiento. Así, India se destacó como segundo destino para la lana lavada, con un crecimiento del 68% en valor, mientras que Egipto y Turquía emergen en posiciones relevantes en ciertos subrubros.
A pesar de la caída en el volumen físico, el aumento de 4,4% en las divisas por lana y subproductos contribuyó a que el total de exportaciones del rubro ovino para enero-octubre ascendiera a US$ 191,38 millones, lo que representó un incremento global del 2,0% respecto al mismo periodo de 2024. Esa performance consolida a la lana como el principal componente exportador dentro del rubro, con una participación del 72% en el total, frente al 27,9% que aportó la carne ovina en términos de valor.